jueves, 6 de febrero de 2014

Monólogo de una perra

Una hermosa noche de verano nacimos mi hermana y yo. Mi madre Chariny nos dio a luz debajo de unos pales de madera, temiendo que Mora, una perra anciana que nunca tuvo perritos, nos hiciera daño.
Cuando por la mañana llegaron los amos de mi mamá, asustados, porque no la encontraban y temiendo que a mi mamá le hubiera ocurrido algo, mi mamá les ladró para supieran donde estábamos. Nos trasladaron a una casita donde se estaba muy bien, no nos faltaba de nada, bueno a mamá, porque a mi y a mi hermana  nos alimentaba de su leche. Cuando a los 15 días abrí  los ojos y descubrí aquel bonito lugar donde mamá jugaba conmigo y me enseñaba a ladrarle a los gatos, que venían  a quitarnos la comida, jugaba y jugaba con mamá y mi hermana. Un día empezaron a llegar unos niños que solamente querían tenerme entre sus brazos, a mi me daba mucho miedo porque estaba muy alta y  podía caerme en cualquier momento, yo temblaba mucho y mi mamá al ver lo que me ocurría ladraba y ladraba hasta que los niños me dejaban en el suelo y yo corría hacia mamá. Un día vino una señora con una bata blanca, empezó a acariciarme, a decirme cosas bonitas y jugaba conmigo.
Al día siguiente volvió a venir traía algo entre las manos, yo no sabía que era, nunca había visto aquello, tenía una aguja enorme o al menos eso me pareció a mí, cuando me la clavo en mi patita, después me pincho nuevamente en el cuello. Escuche decirle a los amos que era mi primera vacuna y que me había puesto un microchip para que no me perdiera.
Por la noche empecé a encontrarme mal, tenía mucho frío y mamá se acurrucó a mi lado, pero el frío no se me iba.
Por la mañana, los amos, trajeron comida y agua pero yo no podía ni levantar la cabeza, me dolía todo mi pequeño cuerpo. Mamá me lamía y me empujaba con el hocico para obligarme a que me levantara.
Los amos volvieron a llamar a esta señora que cuando vino y me vio en aquel estado, se asustó, les dijo que aquello era la primera vez que le había pasado, nunca ningún perro se había puesto malo con la vacuna. Trajo uno botes con un líquido que me ponían en la boca, aquello tenía mal sabor, no se parecía en nada a la leche de mi mamá, ni a la comida que me traían los amos, yo vomitaba, seguía teniendo frío, un frío que escuche decir que era fiebre, me pusieron unas telas mojadas por el cuerpo, que yo no sabía porque si yo lo que tenía frío ¿por qué me mojaban?. De pronto empecé a escuchar a mamá ladrando cada vez más lejos no era que mamá se hubiera ido sino era un sueño muy estraño que me entró de momento, un sueño en el que ya no vi más a mamá ni a mis amos.

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